Varios estudios demuestran que tener bajos niveles de Vitamina D está relacionado con una menor probabilidad de embarazo, tanto espontáneo como por reproducción asistida. Y aunque vivimos en un país en el que no nos falta luz solar ni alimentos ricos en Vitamina D, son muchas las personas que tiene un déficit de esta vitamina.
El papel de la Vitamina D en el embarazo
La Vitamina D desarrolla un papel importante en el reclutamiento folicular, la maduración de los ovocitos, la síntesis de hormonas, la regulación de la placentación, la respuesta inmunológica materna, la receptividad del endometrio y la calidad de los espermatozoides, por lo tanto, el descenso de la Vitamina D en la población puede significar un descenso en la fecundidad. “Ahora sabemos que la Vitamina D no es sólo una vitamina sino un complejo sistema hormonal que actúa en casi todas las células del cuerpo: hueso, intestino, riñones, cerebro, hipófisis, mamas, placenta, testículos, útero, ovarios… de ahí la importancia de vigilar el valor en sangre de esta vitamina, sobre todo en la consulta preconcepcional”, explica el doctor Antonio Forgiarini, ginecólogo de FIV Valencia.
Un índice bajo de Vitamina D también se asocia a patologías autoinmunes como la artritis reumatoide, el lupus, la diabetes mellitus, la esclerosis múltiple, etc., y puede ser factor de riesgo de un aborto de repetición. Una buena regulación de la respuesta inmunológica materna es fundamental para permitir la implantación del embrión, por lo que la vitamina D se hace esencial durante el embarazo.
Dónde se encuentra la Vitamina D
El aporte de Vitamina D depende en un 90% de la producción estimulada por los rayos del sol y tan solo el 10% procede de la dieta (pescado azul, lácteos). A pesar de que vivimos en un país en el que los rayos del sol están muy presentes, se estima que entre el 20 y el 60% de la población presenta carencia de esta vitamina. Aunque en España el clima es excepcional y nos exponemos a la luz solar casi a diario, es cierto que cada vez tendemos a hacer más vida en el interior de los edificios.
El trabajo, sin ir más lejos, por norma general nos mantiene aislados de los rayos de sol, ya que la mayoría de los ciudadanos trabajamos en el interior de las oficinas, clínicas, hospitales, fábricas, industrias, etc.”, explica el doctor Forgiarini, “tanto es así que en los meses de agosto y septiembre, coincidiendo con la época de las vacaciones, suben los niveles de Vitamina D, lo que se relaciona con una mayor exposición al sol”.
¿Cómo puedo aumentar los niveles de Vitamina D?
En muchos países, sobre todo en el norte de Europa, a varios alimentos básicos como la sal, los zumos y la leche se les añade Vitamina D para mejorar la aportación a toda la población. La exposición solar también puede ser muy útil: pueden ser suficientes unos 15-20 minutos al día, sin uso de cremas de protección solar, cuando el sol no es demasiado intenso. Además de todo esto, es recomendable tomar suplementos de vitamina D cuando nuestros niveles son muy bajos. Estos suplementos están disponibles en numerosas formas, desde gotas hasta polvos o comprimidos, no son tratamientos caros y son muy seguros para la salud.