Desde hace más de 20 años, miles de personas en todo el mundo han logrado ser padres y madres mediante algún tratamiento de fertilidad. En la actualidad más de cinco millones de bebés nacen gracias a los distintos procedimientos de reproducción asistida. Aunque se trate de tratamientos muy frecuentes, hay algo que sigue generando preocupación: el efecto adverso que las hormonas pueden tener sobre nuestro cuerpo y si podrían ser causantes de tumores.
El efecto de las hormonas
En efecto, hay hormonas que aumentan mucho su nivel durante estos tratamientos, como la FSH y la LH, que se utilizan para estimular los ovarios, o como los estrógenos y la progesterona, que derivan directamente de los folículos que crecen. Estos aumentos en la presencia de estas hormonas se producen durante periodos de tiempo muy breves (los ciclos de estimulación suelen durar unos 10 días). Y los niveles hormonales vuelven a normalizarse con la llegada del embarazo o de la siguiente menstruación.
En cambio, cuando determinadas alteraciones llegan a producir tumores, es porque se ha sido sometida a una estimulación constante y muy prolongada en el tiempo, como puede ser la exposición a determinados agentes ambientales en nuestras rutinas diarias. En torno a este tema se han realizado, y siguen elaborándose, numerosísimos estudios sobre la seguridad de los tratamientos de fertilidad. Se sustentan en el seguimiento de personas tratadas hasta 20 años después de finalizar el uso de los medicamentos, para garantizar que no se produzca ningún cáncer en todo ese tiempo. Y los resultados son muy tranquilizadores respecto a la inocuidad de estos fármacos.
Alteraciones hormonales producidas por la infertilidad
Prestando atención a las estadísticas, se puede apreciar que entre las mujeres que realizaron algún tipo de tratamiento en una clínica de fertilidad existe un leve aumento en la incidencia de algunos tumores, como el de mamas, el de útero o el de ovarios. Pero, si comparamos estas cifras con las de mujeres con problemas de fertilidad y que nunca se han sometido a ningún tratamiento, descubrimos que la incidencia de estos tumores es la misma. Esto significa que no son los fármacos usados los que pueden causar una mayor propensión a estas patologías, sino que la infertilidad misma, con los cambios hormonales que conlleva, es la causa.
Además, si la mujer con problemas de fertilidad o que se ha tratado consigue ser madre, las cifras se equiparan a las que no presentaron problemas inicialmente, según estudios constatados. Tener ovulaciones irregulares, no haber tenido hijos, no haber amamantado, la obesidad, la menopausia precoz, … son elementos que producen alteraciones hormonales que representan un factor de riesgo para determinados tumores.
La ASRM (Sociedad Americana de Medicina Reproductiva) en sus guías de 2016 afirma abiertamente que, aunque se sospeche un leve aumento de tumores de mama, ovarios o endometrio en mujeres con historia de infertilidad, no hay ninguna evidencia de que esto sea causado por los tratamientos de reproducción asistida, sino por la infertilidad en sí.