Una de las preguntas más frecuentes en la clínica es ¿debo hacer reposo tras una FIV? Es una pregunta perfecta para contestar con la siguiente pregunta ¿debes hacer reposo tras un coito? Si bien es cierto que conviene descansar entre 30 y 40 minutos después de la transferencia embrionaria, no es necesario guardar reposo en lo sucesivo.
El tratamiento de Fecundación in Vitro (FIV) se acerca al máximo a la reproducción natural, con la excepción de que la fecundación se produce en el exterior y por tanto es necesaria una transferencia para depositar el embrión en la cavidad uterina. Éste es el principal motivo por el que se requiere un pequeño reposo después de la intervención ambulatoria, pero nada más. "Son muchas las pacientes que se preocupan por sus embriones y temen que no implanten por no guardar reposo tras una FIV o excederse en actividad.
Aunque no es necesario hacer reposo más allá del posterior a la transferencia, siempre recomendamos a las pacientes no hacer grandes esfuerzos ni someterse a condiciones extremas. Vivir con normalidad y no excederse, esa es la pauta", explica el doctor Miguel Dolz, director médico de nuestra clínica de reproducción asistida en Valencia.
No es necesario más de 40 minutos de reposo tras una FIV
Aunque no es necesario reposar más de 40 minutos después de una transferencia embrionaria, lo más importante es no excederse. Si se practican deportes intensos, mejor hacer un paréntesis durante la betaespera. "Esto no debe de significar una renuncia, ya que es un periodo muy corto de tiempo. La paciente debe de verlo como una oportunidad de descanso que apenas durará unos días y le permitirá hacer otro tipo de actividades o dedicar más tiempo a sí misma", explica Amalia Bayonas, psicóloga de FIV Valencia.
No es necesario estar de baja ni tampoco frenar en seco. Lo ideal es normalizar la situación como lo haría una mujer que intenta quedarse embarazada de manera natural. Evitar medicamentos, la ingesta de alcohol, tabaco y todo lo que durante el embarazo está desaconsejado. Puede ser un buen momento para adaptarse a lo que vendrá.